Los niños y niñas adquieren el desarrollo del lenguaje principalmente de
su entorno social y familiar. Sin lugar a duda el
lenguaje es de vital importancia, ya que es un puente de acceso a diversas e
innumerables situaciones de aprendizaje.
Sin embargo, no todos los niños progresan de igual forma. Por lo tanto, podemos
hablar de un “desarrollo tardío del lenguaje” cuando el niño(a) no está en
disposición, a una edad determinada, de comprender y/o de expresarse por medio
de palabras y de frases en relación con su edad cronológica.
En
estos niños y niñas la aparición del lenguaje es más tardía de lo habitual y se
desarrolla lenta y desfasadamente con respecto a lo que cabe esperar en un niño(a) de su edad. Debe tenerse en cuenta
que esta disfunción no tiene relación con la capacidad intelectual, ni con
alteraciones motrices o sensoriales.
Es importante saber qué cosas son “esperables” y cuáles no en el desarrollo del habla y el
lenguaje puede ayudar a entender si el niño presenta un desarrollo adecuado. Generalmente entre los 2 y 3 años, los padres suelen ser testigos de una
gran explosión de vocabulario de sus hijos. El vocabulario debe aumentar a un ritmo en el que no se pueden contar
las palabras y debe combinar, en forma cotidiana, tres o más palabras para
formar oraciones. Así también notablemente se presentará un aumento en la comprensión.
¿En qué consiste la diferencia
entre habla y lenguaje?
El habla es la expresión verbal del lenguaje e
incluye la articulación (pronunciación), que es la manera en la que se forman
las palabras. Cuando estamos frente a
un “retraso del habla”, se refiere a una demora en
la aparición de 6
a 10 meses con respecto a lo que se espera.
El lenguaje es mucho más amplio y se toma en cuenta todo
el sistema de expresión y de recepción de la información. Ya que consiste en comprender y ser
comprendidos por medio de la comunicación verbal, no verbal y escrita. Cuando existe un retraso en la aparición de
todos los niveles del lenguaje, que afecta sobre todo a la expresión. Aunque la comprensión, por lo general está
menos afectada.
¿Por qué sucede?
Los retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje, obedecen a muchas causas. Algunos niños con retraso en el habla presentan problemas de motricidad en la boca, es decir, que se le dificulta usar la lengua, los labios y la mandíbula para emitir sonidos. Las dificultades auditivas también suelen estar relacionadas con los retrasos del habla.
Los retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje, obedecen a muchas causas. Algunos niños con retraso en el habla presentan problemas de motricidad en la boca, es decir, que se le dificulta usar la lengua, los labios y la mandíbula para emitir sonidos. Las dificultades auditivas también suelen estar relacionadas con los retrasos del habla.
Los problemas de comunicación repercuten también en la relación: si las
iniciativas lingüísticas del niño o de los padres no tienen una respuesta
adaptada, pueden aparecer por ambas partes manifestaciones de frustración; en
el niño(a) se puede notar inhibición, inestabilidad.
El niño (a) hablará si su entorno se comunica con él, si observa los gestos, si comprende las palabras de la persona que le habla, y si puede hacer movimientos que induzcan a la palabra.
El niño (a) hablará si su entorno se comunica con él, si observa los gestos, si comprende las palabras de la persona que le habla, y si puede hacer movimientos que induzcan a la palabra.
Es necesario comprender que el desarrollo del habla y del lenguaje va de
la mano. Por tanto un desarrollo tardío
en el habla, tiene que ver cómo un niño está diciendo sus sonidos. Un retraso en el lenguaje es la dificultad en
entender las palabras y su significado y además, una incapacidad de ponerlas
juntas en frases.
Es válido tomar en cuenta:
- Antes de los 6 meses: contacto visual, gestos, voltear la cabeza o llorar
cuando se siente cansado, sonreír, reír.
- Entre 6 a
12 meses: balbuceos; logra unir varios sonidos del habla; reconoce la gente,
responde a su nombre.
- Entre 12- 18 meses: es capaz de articular entre 10 a 50 o más palabras; seguir instrucciones simples,
voltear páginas de un libro; responder a una pregunta señalando; agrupar los
objetos en el juego (por ejemplo, todos los carros juntos).
- Entre 18- 24 meses: dos palabras puestas juntas (por ejemplo, “más
agua”); nombrar y mostrar partes del
cuerpo; debería ser capaz de hacer (imitar) los sonidos de varios animales.
- Entre 24-36 meses: 50- 300 palabras o más; frases de 3 palabras; ser
capaz de preguntar “por qué?”. Además,
el niño (a) debería ser capaz de comprender y utilizar algunas
preposiciones. Ejemplos de
preposiciones: a, ante, bajo, con, de, en, entre, para, por… y otros más.
- Entre 3- 5 años: la mayor parte del lenguaje y de los sonidos deberían
haber sido obtenidos en este punto. A
esta edad ya el niño (a) debería tener configurado su lenguaje de acuerdo con
las normas gramaticales que caracterizan el lenguaje del adulto.
Alexia Alfaro
Alexia Alfaro
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