Páginas

  • El mundo del Lenguaje
    Hola en esta sección hablaremos del Lenguaje que es la base de todo aprendizaje. Entraremos en el maravilloso mundo de la comunicación total.
  • Aprendiendo para la vida
    Bienvenidos a la sección que está dedicada al aprendizaje, la etapa de aprender es universal y no está confinada directamente a los niños. Acá vas a encontrar temas relacionados con el “Aprendizaje”.
  • Criar y amar
    Acá obtendrás herramientas y recomendaciones para una crianza emocional, aquella que se interesa más por las emociones y los sentimientos de los hijos. Este tipo de crianza se basa en la conexión y el respeto mutuo como eje principal, desde la Disciplina Positiva como filosofía de vida y para la vida.
  • Círculo de mujeres
    Espacio dedicado a las mujeres, mujeres de luz; mujeres ayudando a mujeres.
    Un espacio donde hacer una pausa, detenerse, mirar para adentro y abrazar lo bueno que hemos conseguido. Un espacio para revisar lo que nos preocupa. Un espacio de amor propio.

viernes, 17 de marzo de 2017

22 Alternativas a los Castigos



Muchos padres reconocen los efectos dañinos de los castigos físicos y verbales. Saben que gritar, abofetear, pegar y dar nalgadas enseña violencia, destruye la autoestima, crea enojo, interfiere con el aprendizaje y daña la relación entre los padres y los niños.

Pero saber qué no hacer, es sólo el primer paso; los padres se preguntan qué deben hacer en lugar de castigar. 


Desafortunadamente, la mayoría de los libros y artículos actuales de crianza recomiendan "alternativas", las cuales en realidad son castigos alternativos, como el tiempo fuera, negación de permisos y las llamadas "consecuencias lógicas o naturales".

Todos estos métodos tienen mucho en común con los castigos físicos, y transmiten los mismos mensajes: a los padres no les interesan las necesidades no satisfechas que ocasionan la conducta y que toman una injusta ventaja de su tamaño y poder sobre el niño. 

¡Hay pocas alegrías más grandes en la vida que permitir a nuestros niños enseñarnos lo que es el amor!

Más significativamente, estos actos le dicen al niño que alguien al que él ama y en el que confía, le quiere causar dolor. Este es un mensaje "para volverse loco", porque es muy extraño para el entendimiento intuitivo de los niños sobre cómo debe ser el amor.

Finalmente todos estos métodos hacen que se pierdan las mejores oportunidades para aprender. Hacen que los niños tengan fantasías de venganza lo que los distrae de enfocarse en la situación real que tienen a la mano. Las verdaderas alternativas a los castigos son aquellas que ayudan al niño a aprender y crecer de una forma sana. 


Aquí hay veintidós alternativas que dan mensajes positivos y amorosos:

1. Prevenir la conducta no deseada cumpliendo las necesidades de los niños cuando sean expresadas. Con sus necesidades satisfechas, el niño está libre de moverse a la siguiente etapa de aprendizaje.

2. Proveer un ambiente seguro y adecuado para los niños. No tiene caso tener tus cosas preciadas al alcance de un bebé o niño pequeño, cuando simplemente se pueden poner fuera de su alcance hasta que el niño esté lo suficientemente mayor para manejarlas cuidadosamente.

3. Aplicar la Regla de Oro. "Piensa cómo te gustaría ser tratado si estuvieras en las mismas circunstancias de tu niño". La naturaleza humana es la naturaleza humana, no importa la edad.

4. Muestra empatía por los sentimientos del niño, aún si la conducta del niño parece ilógica, los sentimientos y necesidades subyacentes son reales para él. Declaraciones como "te ves muy triste" es una buena forma de mostrar que estás del lado del niño.

5. Valida los sentimientos del niño para que él sepa que tu entiendes y que te importa, y que nunca será rechazado por tener ningún sentimiento en particular. Por ejemplo, "Eso me asustaba a mi también cuando yo era niño".

6. Cumple la necesidad subyacente que lleva a la conducta. Si castigamos la conducta externa, la necesidad no satisfecha continuará surgiendo en otras maneras hasta que esté finalmente cumplida. Preguntas como "¿Estas enojado porque hoy he estado mucho tiempo en el teléfono? ¿Te gustaría que fuéramos a caminar juntos?" pueden ayudar al niño a sentirse amado y entendido.

7. Cuando sea posible, encuentra una solución "ganar-ganar" en la que se cumplan las necesidades de todos. Para aprender herramientas de resolución de conflictos, considera tomar un curso de Comunicación no Violenta.

8. Asegúrale a tu hijo que es amado y apreciado. Las llamadas "malas" conductas frecuentemente son intentos de expresar su necesidad de amor y atención, en la mejor forma que ellos lo pueden manejar en el momento. Si él pudiera expresar su necesidad en una forma más madura, lo haría.

9. Distraerlo de la situación que se ha vuelto demasiado estresante para resolver en el momento: "Tomemos un descanso. ¿Qué otra cosa te gustaría hacer"?.

10. Asegúrate de que tú y tu niño han consumido alimentos nutritivos durante el día para que los niveles de glucosa se mantengan altos. Bocadillos pequeños y frecuentes es lo mejor.

11. ¡Respira! Cuando estamos estresados, necesitamos más oxigeno, pero tendemos a hacer respiraciones cortas. Aún unas cuantas respiraciones profundas nos pueden ayudar a calmarnos y pensar más claramente.


12. Nosotros no esperamos que un carro funcione a menos que tenga gasolina, no debemos esperar que un niño funcione lo mejor que el puede si su "tanque emocional" se está agotando. Dale las tres cosas que llenan el tanque emocional de los niños: contacto ocular, contacto gentil y atención individual.

13. El té de manzanilla es muy relajante para niños y adultos. Si la Mamá que amamanta lo toma una hora antes de ir a dormir, puede ayudar a calmar al bebé. A los niños grandes les puede gustar el té de manzanilla helado o las paletas.

14. Toma un tiempo fuera – con tu niño. Un cambio de escenario aún si es sólo un poco de tiempo afuera, puede hacer la diferencia para ambos, padres y niños.

15. Toma una "Tarjeta de Crianza" para que te dé inspiración y aliento o crea tus propias tarjetas recordatorias.

16. Ofrece un masaje. Un masaje a la hora de dormir puede ayudar al niño a dormir más profundamente, lo que le ayuda a recuperarse y a tener energía para el siguiente día.

17. Dale elecciones. Los niños necesitan sentir que tienen voz. Ofrecer elecciones, aún si a ti no te parecen importantes ("¿Cuál taza quieres, la azul o la roja?") Esto les ayudará a los niños a sentir que pueden decidir sobre su vida, especialmente si han tenido que lidiar con cambios recientes.

18. Intenta susurrar. Cuando la tensión es alta, susurrar puede ayudar al niño a poner atención y también ayuda a calmar al padre.

19. Dale tiempo al niño. Frases como "Dime cuando estés listo para compartir tu juguete/ subirte al asiento de seguridad/ ponerte tu abrigo" darán al niño la sensación de autonomía y harán que sea más fácil para ellos cooperar.


20. Date tiempo. Cuenta hasta 10 (en silencio). Algunas veces necesitamos un poco de tiempo para pensar las cosas más claramente y verlas más objetivamente. 

21. Recuerda que los niños crean imágenes de nuestras palabras: "ve más despacio" es más efectivo que "NO corras". La primera frase crea una imagen de ir más despacio, mientras que la segunda crea una imagen de alguien corriendo (la palabra "no" es demasiado abstracta como para superar la más concreta y convincente imagen de correr). Igualmente, una petición específica es más efectiva que una general: "Por favor deja el vaso" en lugar de "TENGA cuidado".

22. Pregúntate a ti mismo "¿Cuando me acuerde de esto me reiré?" Si es el caso ¿Por qué no reírse ahora? Crea un recuerdo que te gustaría tener cuando te acuerdes de ese día.



De esta forma, nosotros podemos lograr la cooperación genuina que buscamos en estos momentos. Pero nuestra más grande recompensa será para toda la vida, ¡un vínculo amoroso y confianza mutua con tu hijo!

por Jan Hunt

Traducido por Marcela Araiza
  
0

lunes, 13 de marzo de 2017

El castigo es un acto poco educativo.


El castigo forma parte de la educación desde hace mucho tiempo. En la televisión por ejemplo, está tan normalizado que es habitual ver a los protagonistas de las series de televisión juveniles quedarse sin poder salir durante semanas por hacer tal o cual acción.


La gran mayoría de los adultos de hoy en día los hemos sufrido, a menudo por cosas que habíamos hecho sin querer, a menudo por cosas que ni siquiera habíamos hecho y a menudo por conductas que sí podrían considerarse inadecuadas.

Las razones de los castigos son tan dispares que muchas veces se viven como injustos y si nos detenemos un poco a pensar en ello, podemos afirmar que los castigos son poco educativos y que pueden provocar consecuencias negativas.



¿Qué es un castigo?
El castigo se podría definir como aquella acción realizada por una persona que provoca aversión o desagrado en otra y que tiene como finalidad eliminar o corregir una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.

Los más frecuentes son:
  • El tiempo fuera: prohibir al niño permanecer en el lugar o contexto donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada (enviarlo a dormir, a su habitación, a la silla de pensar)

  • La retirada de reforzadores o estímulos positivos: prohibir cosas que le gustan al niño (ver la TV, ir al parque, salir a jugar con los amigos, etc.)
  • El castigo físico: que, como ya hemos hablado a menudo, no tiene nada de educativo.


El castigo es aparentemente eficaz
Es posible que la causa por la que el castigo permanece como herramienta educativa sea su aparente eficacia e inmediatez para controlar o detener el comportamiento inadecuado. O quizás simplemente sigue vigente porque fuimos educados así y por lógica natural tendemos a actuar tal y como actuaron con nosotros.

En cualquier caso castigar a un niño no es la mejor manera de educarlo. Mediante el castigo, pese a que la conducta se extingue de manera puntual, la raíz del problema no se soluciona y son muchos los niños que, pese a haber sido castigados por una conducta, siguen haciéndola cuando pueden o cuando creen no ser vistos.
En otras palabras, los efectos del castigo son momentáneos. El castigo no provoca el desaprendizaje del comportamiento que se desea modificar ni ofrece una alternativa más adecuada y ello hace que la conducta tienda a repetirse.



Efectos secundarios del castigo
Emplear castigos como medida habitual de corrección provoca pérdida de confianza del niño hacia los padres o educadores, daña la autoestima del niño, que llega a desvalorizarse (sobre todo si piensa que no merece el castigo), se produce estrés, tensión y agresividad e incluso provoca el uso de la mentira o el engaño para evitar el castigo.

Muchos niños acaban distanciándose de sus padres y les “castigan” a ellos negándoles la comunicación y generando rabia y necesidad de venganza (no siempre consciente).
Muchos otros acaban perdiendo la espontaneidad y la creatividad (¿la niñez?) y se convierten en niños inseguros, temerosos y dependientes de la persona que lo castiga, pues evitan tomar decisiones que puedan ser erróneas y que puedan originar un nuevo castigo.



Los diferentes estilos de educación
En la educación autoritaria, esa que se dice que deberíamos recuperar los padres, los niños no tienen ningún derecho.

En la educación permisiva, esa en que los padres dejan que sus hijos hagan literalmente “lo que quieran” (que ni siquiera recibiría el nombre de educación, pues no se está educando), el niño tiene todos los derechos.

En una educación más democrática, donde reina la comunicación y el respeto mutuo, los padres y los hijos comparten derechos.

El castigo entraría a formar parte de la llamada educación autoritaria y el objetivo debe ser educar a un hijo para que viva en libertad, pero sin coartar la libertad de los que le rodean (“vive y deja vivir”).
Educar requiere paciencia y el trabajo de los padres o educadores debe ir encaminado, siempre que sea posible, a mostrar alternativas y elementos que inviten a reflexionar, no sólo sobre el comportamiento considerado inadecuado, sino también sobre las consecuencias que provoca en los demás.

La finalidad es que los niños sean personas responsables, autocríticas y autónomas pero con valores propios, es decir, siendo su modo de vivir auténtico, originado en sí mismo y no en la obediencia a un ser superior (los padres).

Como decía Piaget, “la autonomía sólo aparece con la reciprocidad, cuando el respeto mutuo es lo bastante fuerte como para hacer que el individuo sienta desde dentro el deseo de tratar a los demás como a él le gustaría que le trataran”. Por ello la lucha debe ir encaminada a crear esa autonomía en los niños.

Para conseguirlo es necesaria la vía del diálogo y la comunicación, el ejemplo continúo de los padres en el día a día y la exigencia apropiada, siempre con amor.

El castigo es “el camino rápido” para atajar un problema y su efecto sobre la conducta es temporal. Difícilmente logra erradicar una conducta negativa de manera duradera y tiende a distanciar a padres e hijos y a humillar a los segundos.



¿Y entonces no se puede castigar?
Muchas personas defienden el castigo porque consideran que realmente hay actitudes que no se pueden tolerar y, si se repiten de modo insolente, el castigo es la única manera de hacer entender lo que es importante.

Las cosas caen por su propio peso y los mismos niños, cuando hay diálogo y comunicación, acaban por ver que sus actos tienen consecuencias (buenas o malas), se dan cuenta que la vida realmente no es un camino de rosas y ven que hay momentos en que podrían haber hecho caso a papá o mamá (y momentos en que habría sido mejor no hacerles caso).







Algunos ejemplos
  • Si un niño pinta la pared podemos hacer que entienda que no debería haberlo hecho con un “ahora la pared está sucia porque la has pintado con el rotulador, habrá que limpiarla, si quieres te ayudo”. El hecho de limpiar ya ejerce la función educativa, pues el niño ve que su acto tiene una consecuencia (pared sucia) que debe ser reparada (limpiándola).
  • Si tira deliberadamente cosas al suelo, si desordena (o no ordena), el recogerlas hace la función educativa. En algún momento incluso puede echar en falta algo porque está desordenado. El niño verá así la consecuencia del “no ordenar”.
  • Si rompe sus juguetes porque está enfadado (o juega a romperlos) la consecuencia en sí ya supone un aprendizaje, pues los habrá roto y más tarde se dará cuenta de que no podrá jugar con ellos.
Con esto no quiero decir que haya que dejar que los rompa deliberadamente. Podemos detener la acción con un “si cuando te enfadas tratas así a los juguetes los tendré que guardar para que no se rompan” si lo consideramos oportuno.
Esta frase que parece un castigo o una amenaza es realmente una invitación a la reflexión para que el niño cree su propia regla. Si tira los juguetes serán retirados para que no se rompan, sin embargo, si los trata bien, podrá jugar con ellos tanto cuanto quiera. 

Él decide en todo momento cuándo puede empezar a tratarlos bien y comprende que las pertenencias propias también deben ser respetadas y que puede haber otras maneras de canalizar un enfado.


La intención, al fin y al cabo, es tratar que los niños sean felices, que los padres sean felices y que la relación entre padres e hijos sea la mejor posible. Es por ello que hay que tratar de utilizar métodos que no humillen, distancien o sean injustos para los niños (ni para los padres) y castigarles me temo que es no es uno de ellos.

Armando Bastida


1

lunes, 6 de marzo de 2017

Día de la mujer, hablemos de nosotras






Día Internacional de la mujer, una fecha 


especial para hablar de nosotras mismas.


La mujer en la sociedad cumple roles muy importantes; es amiga, hermana, mamá (puede ser), esposa (podría ser), hija, profesional y sobre todo mujer.  Todos roles fundamentales en la vida. 


Es tan importante y decisivo el papel que desempeña la mujer en la sociedad que hablar de esto llevaría mucho tiempo. Se tendría que empezar por hablar de cada uno de los roles en los diferentes ámbitos y cada uno de ellos con sus dificultades y con sus alegrías: como madre, esposa, hija, profesional amiga, hermana, mujer.

La vida cotidiana femenina es distinta a la masculina, pues es más responsable del cuidado de la casa (según la sociedad), aunque tenga quien realice las tareas del hogar y esté laborando fuera de la casa, siempre está atenta.

Sacar adelante el proyecto familiar es una labor en la que muchas mujeres no escatiman en empeño y recursos, luchando por cubrir todas las necesidades físicas y emocionales de todos. Se ha librado una dura batalla para entrar al mundo laboral y ganar un espacio que antes las mujeres tenían negado, lo cual ha incrementado el trabajo y la responsabilidad de la mujer, ya que con esto no deja de lado el papel de cuidar de la familia.





Para la mujer ha sido un esfuerzo doble, ganarse un lugar en el mundo laboral y cumplir al mismo tiempo con tantos roles, y por lo general ¡todos con excelencia!








La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó en el informe “Las mujeres del mundo Tendencias y estadísticas” un crecimiento generalizado en la contratación de mujeres en trabajos de todo tipo durante la última década. Este aumento no se ha detenido, sino que sigue en alza en la gran mayoría de países del mundo. Según el informe, las mujeres también han comenzado a recibir mejores ingresos, situación que motiva dentro de variadas opciones profesionales.

Hoy en día quien diga que la mujer no puede sacar adelante a una familia y ser una gran profesional está muy equivocado, pues en los últimos años ellas lo han demostrado con mayor intensidad. Sin embargo, y a pesar de tantos logros alcanzados es común ver mujeres competir entre mujeres, o dar juicios de valor sobre si alguna es mejor mamá, esposa o profesional que la otra.
Por eso es importante recalcar y recordar que las mujeres inteligentes NO compiten entre sí, se ayudan.  En lugar de luchar entre sí, debemos tendernos las manos y hacer puentes de unión y de crecimiento. Ninguna es mejor que ninguna, todas somos diferentes, inteligentes, únicas y bellas, pues la belleza es muy personal y sale de lo interno, la belleza se siente y va más allá de la vista o de lo externo. Así que mujeres, vamos a aliarnos más y más, dejar los juicios de valor y ayudarnos a crecer. La vida no es una competencia. No se trata de ganarle a otra mujer, se trata de apoyar y empatizar.



Y replico las palabras de Karla Galleta:

"No hay mujeres buenas ni malas, no hay unas mejores que otras, de hecho, no hay premios que ganar por vivir en esta constante competencia, es sólo una pérdida de tiempo. Somos personas complejas, fuertes, frágiles, creativas, hermosas, únicas, especiales. No venimos a este mundo a competir, sino a evolucionar, a ser mejor que ayer para nosotras mismas. Abandonemos ese macabro juego de las rivalidades entre mujeres que nos han impuesto sin consultarnos y seamos libres.
Aquí todos tenemos nuestro propio camino y experiencia de vida y ser mujer no es sencillo, pero si en lugar de competir, de comparar, de menospreciar y debilitar, usamos un poco más la gran inteligencia que poseemos y nos protegiéramos, nos aliáramos, nos comprendiéramos y nos acompañáramos sin culpas ni temores, tendríamos menos enemigas y más aliadas."



Feliz Día de la Mujer a todas esas grandes mujeres que trabajan en ser la mejor versión de sí misma. Seguimos sumando. Vamos a amarnos más, cuidarnos más y valorarnos más día a día.




Natalia Calderón
0

copyright © . all rights reserved. designed by Color and Code

grid layout coding by helpblogger.com