"El juego es por excelencia
el medio de conexión emocional con los niños".
Natalia Calderón.
El trabajo
más importante de todo niño es el juego, para su aprendizaje y desarrollo en
todas las áreas.

Con el juego el niño pone en marcha
los mecanismos de su imaginación, expresa su manera de ver el mundo que le
rodea, de transformarlo, desarrolla su creatividad y le da la posibilidad de
abrirse a los demás.
El juego es vital en muchos aspectos del
desarrollo social, emocional e intelectual de los niños y presenta una
importante repercusión en el aprendizaje académico. Es uno de los vehículos más
poderosos que tienen los niños para probar y aprender bien nuevas habilidades,
conceptos y experiencias.
El juego puede ayudar a los niños a desarrollar el
conocimiento que necesitan para conectarse de manera significativa con los
desafíos que encuentran en la escuela. Contribuye al modo en que los niños se
ven a sí mismos. Mientras juegan, resuelven problemas confusos y perturbadores
de índole social, emocional e intelectual. Encuentran nuevas soluciones e ideas
y experimentan el sentido de poder que surge de tener el control y de imaginar
cosas por sí solos (algo que los niños suelen no lograr en la vida real).
Esto
los ayuda a desarrollar una actitud positiva hacia el aprendizaje: descubrir
cómo funcionan algunos problemas interesantes y a resolverlos de manera
creativa. Tiene un gran poder
socializador pues ayuda al niño a salir de sí mismo, a respetar las reglas que
hacen posible una convivencia pacífica, a compartir y a cuidar su entorno.
Los cambios en la infancia que han ocurrido en los últimos años debilitan paulatinamente la calidad de juego de muchos niños. En la escuela se ha reducido el "tiempo para jugar" ya que se da más importancia a la enseñanza básica a edades cada vez más tempranas.
Los niños y sus padres tienen vidas muy
ocupadas, por lo cual tienen menos tiempo libre para jugar fuera de la escuela.
Por motivos económicos y de seguridad, la cultura de juego en el barrio que
existía, ahora es algo del pasado, debido a que los niños no tienen la libertad
que se tenía años atrás para jugar en el barrio.
Actualmente cuando los niños tienen
tiempo para jugar, generalmente ven televisión (un promedio de cuatro horas
por día), sin mencionar el tiempo adicional que gastan viendo cintas de video o
juegos de video.
De todos los
factores que afectan el juego, pocos han
tenido un impacto tan inquietante como los cambios que han sufrido los juguetes
en la última década.
Así mismo, el juego individual de cada niño evoluciona y cambia a medida que el niño madura y adquiere experiencia y destreza. Varía entre los niños de acuerdo a la edad, las experiencias, el ambiente familiar y la disposición individual.
Natalia Calderón
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