Entre 1 y 3 años es algo común que los niños muerdan. Los niños usan su boca
para explorar (etapa oral), aprender y hasta relacionarse. Con la dentición
muchas veces necesitan calmar sus encías. En esta edad, carecen de autodominio
y se guían más por el impulso.

Además, ocurre con frecuencia cuando están frustrados, o ante cambios
importantes: cambio de centro educativo, nacimiento de un hermanito y otros.
Hasta por imitación muerden los niños.
Se recomienda observar, anticipar, intervenir desde el respeto; así NO,
suave, con amor. En ocasiones funciona muy bien mostrar el algodón y una
piedra. Suave y duro. Vamos a dar AMOR, morder no. Se puede fomentar la
reparación del vínculo (ayudar a curar al amigo, compartir merienda, darle un
abrazo, etc...). Acá no se trata de prohibir, se trata de canalizar la acción y
reemplazarla.
Nunca debemos responder con la misma acción: morder a
un niño que muerde es un gran error. Cuando son muy pequeños no pueden
relacionar el dolor que sienten con el que causan cuando muerden a los demás.
¿Qué hago?
- Piensa
en cuándo y por qué tu hijo muerde
¿Es cuando
juega con otros niños o cuando otro niño le agarra un juguete? ¿Sucede cuando
otros niños lo agobian? ¿Intenta morderte cuando estás amamantando al nuevo
bebé?
- Vigila de cerca a tu hijo
Señales de
alarma, como llorar, patear y lanzarse hacia alguien a menudo son precursores
de un mordisco. Si tu hijo ha estado mordiendo a otros niños, obsérvalo e
intervén antes de que lo vuelva a hacer.
- Cambia
su atención a otra cosa
Si ves que
las emociones de tu hijo están subiendo de nivel y te preocupa que suelte una
mordida, llama su atención a otra actividad como bailar, pintar o jugar algo.
- Detenlo
antes de que muerda de nuevo
Si tu
hijo está listo para morder de nuevo, llevatelo a otro lugar y de forma calmada
puedes decirle algo como “No puedo dejar que hagas daño a Mercedes”, o “No, no
tengo ganas de que te acerques más a mí con tus dientes”, mientras le sujetas
firmemente y con suavidad la frente.
Desmitifica el acto de morder
Habla acerca
de morder o juega a algo sencillo para abordar el tema. Pide al niño que nombre algunos alimentos que le guste
morder o nombra objetos cotidianos (un queque, una mesa, un perro, un plátano) y pregúntale
si está bien morder cada uno de ellos.
Poco a poco, puedes decir cosas más
disparatadas (un auto, la aspiradora, los zapatos) para que los dos se
diviertan.
Es útil
también, hablar de que se muerden las manzanas, las papas, etc... Pero "no
mordemos a las personas, los dientes son para morder los alimentos, no
personas".
Alexia y Natalia
No hay comentarios :
Publicar un comentario